lunes, 21 de febrero de 2022

[Lugares de interés] La Necrópolis del Llor


La “Necrópolis del Llor” ubicada en el “Solsonés” (Cataluña) es un conjunto de siete tumbas (por el momento) en distintos estados de conservación y un menhir. Es un curioso lugar no solo por la cantidad de estructuras erguidas de forma lineal sino también por su ubicación entre dos “torrentes”. Nos hace pensar que la elección de este lugar fue por creencias "místico religiosas"  del “antiguo mundo funerario” (La posible creencia de que el agua sirve de “guía” de las almas, símbolo de que todo “fluye” más allá de la vida terrenal, en el cual, al “cruzar las aguas” se trasciende al otro lado espiritual) 


En el torrente nombrado como “el de los Apóstoles” tiene un bello salto de agua (una cascada pequeña) de este modo, nos es fácil imaginar, que allí se hicieran algún tipo de ofrendas. 

El paisaje es bello y agradable, todo está señalizado e incluso se han habilitado unos puentes de madera para cruzar a sitios menos accesibles, es imposible perderse, por ello, es un buen lugar para ir en familia y acercarnos así, a nuestros orígenes más remotos, pues según nos cuentan esta necrópolis data de hace unos 5.500 años.

Como siempre añadir; sed respetuosos con el lugar, no subirse ni introducirse dentro de los túmulos, es un lugar sacro que debe preservarse.



lunes, 7 de febrero de 2022

Celebración del "Devenir" (Imbolc)

Elaboramos la tradicional “cruz de Brigit”, y otras ofrendas.

El frío y la bruma nos acompañó durante el viaje, pero intuimos que, llegado el momento, el sol saldría a nuestro encuentro. Y fue cuando nuestros pies se posaron cerca del antiguo asentamiento ibérico, en ese momento, el sol rompió las nubes, iluminando así el yacimiento frente a nosotros. Con la luz solar se dibujaban los muros con nitidez, todo quedaba expuesto ante nuestros ojos. Y una vez más sucedió, como en anteriores celebraciones, unas aves rapaces sobrevolaban nuestras cabezas, dando círculos, alzándose y descendiendo, nos observamos mutuamente.

"aves rapaces sobrevolaban nuestras cabezas"

Cuando las aves partieron en rumbo desconocido decidimos nosotros partir hacia el lugar que destinamos, ¡y otra vez volvió la niebla! Pero esta vez nos acompañaron los rayos solares que iluminaban la carretera boscosa. Allí, una vez dentro del bosque, como si nos esperaran pacientes el “dolmen y la cista” que buscábamos... En ese paraje idílico, entre los árboles, la humedad y las piedras ancestrales daríamos ofrendas, el ritual como de costumbre se resumió en un acto sencillo, pero sincero, familiar...

Después de recitar unas palabras, dar las ofrendas y de un breve silencio, finalizamos así este día de celebración a la espera del “devenir de la primavera”...