miércoles, 8 de abril de 2020

El arquetipo heróico Ibérico

Este breve artículo quiero que sirva de introducción a un tema muy profundo y apasionante, donde la guerra y lo “místico-religioso” se entremezclan hasta su total fusión. Después de leer lo que aquí presentaré, espero despertar el interés del lector y que le lleve a seguir investigando.

Las antiguas sociedades guerreras ibéricas tenían como objetivo su propia búsqueda de la “divinización heroica”. Para ello, tenían como arquetipo a seguir el mito del “padre fundador” de su clan / estirpe. Este ancestro común divinizado gozaba de culto entre toda la población, pero era especialmente entre las “cofradías guerreras” donde encontraba su mayor número de seguidores, pues estas buscaban seguir su misma gesta, heróica y épica. Hasta nuestros días nos llegó un nombre para identificar estas “órdenes” de “guerreros espirituales”: la devotio. Guerreros consagrados a la divinidad y a un líder que entregaban su vida y espíritu a una causa: la vida heróica.
Estos guerreros consagrados a su “padre fundador” y su caudillo (posiblemente considerado como descendiente o materialización de los dioses o del propio héroe divinizado) eran el eslabón más alto de la sociedad, parte de la aristocracia, con privilegios, sí, pero también con grandes obligaciones. Es lógico pensar que esta aristocracia tendría sus propios cultos a deidades y rituales exclusivos, los cuales eran desconocidos o tabú para otros rangos de la sociedad.

Los guerreros tenían una entrega total al líder y no podían superar la vida de este, es decir, si él moría, ellos tenían que perecer junto a él. Aún así, ellos buscaban su gloria personal por encima de una gloria común del ejercito al cual pertenecían, lo cual denota su carácter místico, épico y heróico. Esto hacía de ellos unos guerreros espirituales, cuyas posesiones más valiosas eran el valor personal y las armas. Recordemos aquella frase célebre que describía su actitud: “les es preferible entregar su vida que sus armas, pues sin ellas nada valía la pena”. Es fácil concluir que estos tenían una unión con sus armas similar al de otras culturas guerreras, como el caso de los samurái, quienes creían que en su arma reside el alma del guerrero.

La mística, la espiritualidad y el ritual envolvía todos los quehaceres de la vida del guerrero. Desde el momento iniciático del neófito a la orden, todo era comprendido en una forma de “guerra religiosa”. Cuando varios de sus contemporáneos nos dicen de ellos que “acudían al campo de batalla danzando y cantando alabanzas a la victoria, a sus capacidades, alusiones a sus ancestros, insultando y provocando en muchos casos en la lengua de sus antepasados”, vemos claramente esa unión de misticismo religioso y guerra. Esto haría también las veces de estrategia psicológica, pues debería generar un terror primordial en el enemigo.

Hacemos aquí un resumen esquemático para no extendernos mucho más, pues en la segunda parte quiero tratar la figura del héroe divinizado o padre fundacional:

Guerrero Neófito

Posible forma de vida al “modo espartano”: entrenamientos, vida sobria, agreste y dura.

Ritual de iniciación :

Pruebas de endurecimiento y valía físico-mental-espiritual, posiblemente :

-cazas de “bestias infernales” como el jabalí, lobo o oso.
-Introducción en cuevas donde aguardan “fuerzas primordiales” representadas por un lobo, buscando vencerle o someterle (entendiéndose como una representación, no en su sentido literal)
-Rituales de “bestialidad” donde los guerreros eran “poseídos” por una entidad animal, de forma similar a los conocidos berserker germánicos.

Todas estas pruebas pudieron estar basadas en el mito del padre fundacional.

Superación, formación en la Devotio:

Juramento ritual a una deidad o padre fundacional.
“Consagración” a un caudillo .
Vida basada en servir y no pudiendo superar la muerte de este.

Vida Heróica

Aristocracia
Búsqueda de la gloria personal y épica.
La “bella muerte”.

Para finalizar con la “senda del guerrero”, debemos tratar cuál debía ser el objetivo final, que no es otro sino la búsqueda de la “bella muerte”, es decir, la muerte que los canonizaría como héroes y les uniría con sus ancestros heróicos. Es conocido el rito de dejar a los guerreros caídos en el mismo suelo del campo de batalla a merced de buitres y cuervos, pues estos elevaban sus almas al cielo. Los guerreros buscarían así una elevación. También parece ser que hubo un ritual en el cual, cuando moría el líder, los guerreros se enfrentaban en combates por parejas y, después, tanto los muertos como los gravemente heridos eran arrojados a la pira funeraria donde yacían los restos de su líder, acompañándole así al más allá.

A continuación trataremos la figura del héroe divinizado o padre fundacional, pues sin él nada de lo anterior tendría sentido, ya que es la piedra angular del tema. Los “padres fundadores” parece ser que entre ellos tienen características o rasgos comunes que hacen de ellos unos predestinados a su función. Es el destino, la desdicha y la gracia divina las que acompañaban la vida de este ser tan importante para el clan o tribu. Imaginamos que, además de las artes plásticas, las cuales describían el mito fundacional, debería haber una elaborada serie de cánticos, poesías y relatos que trataban este mito y sus leyes que, además de ser recordado por una clase profesional (los llamados bardos), estaban grabados en el imaginario colectivo. Esquematicemos pues esta figura: 

Ilustración creada por "Devotio Ibérica" basada en la escena figurada en un tinaja ibérica de La Alcudia de Elche. 
(Posible escena del mito del héroe divinizado y, a su vez, la prueba que debería superar el guerrero neófito)

Héroe divinizado o padre fundacional

-Nacimiento místico: nació de la unión de una mujer y un ser sobrenatural (muchas veces fuera de un legítimo matrimonio).

-Tras el nacimiento, sobrevive a un “asesinato frustrado” o desdicha, por ejemplo, ser el único que prevalece de una serie de hermanos que fallecen.

-Puede ser que crezca en ambientes hostiles, protegido por bestias y alimentados por estas (obviamente protegido por una deidad).

-Se suele desconocer su procedencia exacta. A veces se indica una procedencia “más allá de las aguas” (mundo inmortal).

-Se muestra como un guerrero ecuestre y armado, con atributos divinos (caballo blanco, símbolo de su pertenencia al mas allá, un arma forjada por una entidad sobrenatural).

-Su gesta incluye la derrota de un ser maligno y sobrenatural (por lo general, lobo o jabalí monstruoso) al cual consigue someter con sus manos.

-Es quien enseña a cultivar y el uso del arado.

-Crea las primeras leyes que bien pudieron ser recogidas y trasmitidas en cánticos y poemas. Énfasis en la transmisión cultural oral, no escrita.

-Cuando fallece tras años de dar prosperidad a su clan / estirpe, se crea un culto entorno a su figura y se convierte en “patrono inmortal”, ejemplo a imitar.

Como podemos ver, este padre fundador divinizado es un guerrero, un sabio y una entidad espiritual. Un arquetipo a seguir, es la casta aristocrática por antonomasia, no hay un máximo exponente por encima de él. Con su gesta y épica enseñaba lo que era una vida ejemplar, el valor y valía personal, enseñando el bien común para la comunidad. El Héroe divinizado fue capaz de vencer lo sobrenatural y fundar una próspera estirpe, dar sabiduría y otorgar justicia, convirtiéndose así en una deidad. Se puede decir que es una institución personificada y, claro está, todos querrían unirse a él, al héroe, al padre, a la divinidad, lo cual solo era posible a través del heroísmo.

Conclusión:

Todo lo relatado aquí no debe ser tomado como una norma general en el ámbito peninsular, pues seguro que cada tribu o clan debería tener sus variantes, singularidades y diferenciaciones, si bien en esencia serían figuras casi iguales o análogas. Recordemos que nuestros ancestros no tenían una “unión nacional” como tal y habían diferencias entre las distintas tribus incluso dentro de un mismo grupo etnocultural, ya fuera por su evolución sociopolítica resultante de influencias llegadas del exterior, por el mantenimiento de un modo de vida más arcaico o por otros motivos ajenos a nuestro conocimiento o percepción. Con todo, esto nos da una pista de cómo deberíamos enfocar el estudio y comprensión del héroe. Espero que este breve artículo sirva para suscitar algo de interés por el tema.

Simbolismo guerrero :

Lobo: Animal que representa las energías primordiales y del caos (recordemos al fenris germánico). Ligado a lo nocturno, es un ser oscuro de temibles fauces y cualidad guerrera. Parece ser que se le consideraba como una fuerza aliada cuando el guerrero, al domar su espíritu y al entrar en él, podía usar su poder furibundo, si bien a su vez perdía el control de si mismo (otra vez, de forma similar a los Berserker germanos). Así pues, no es un exactamente aliado. Hoy día está muy idealizada su figura, pero antaño debió causar más temor admirativo que la imagen suavizada de nuestros días.

Cuervo: Ligado al dios Lug, al destino y la sabiduría, se dice que predecían las batallas interpretando sus vuelos sobre el campo de batalla. Capaz de transportar las almas a los cielos. Psicopompo.

Buitres: Encargados para transportar almas al “más allá heróico”. Muchas representaciones de los buitres se encuentran en el arte ibérico, denotando un gran aprecio o importancia de dicho animal. Psicopompo.