Las antiguas sociedades guerreras
ibéricas tenían como objetivo su propia búsqueda de la
“divinización heroica”. Para ello, tenían como arquetipo a
seguir el mito del “padre fundador” de su clan / estirpe.
Este ancestro común divinizado gozaba de culto entre toda la
población, pero era especialmente entre las “cofradías guerreras”
donde encontraba su mayor número de seguidores, pues estas buscaban
seguir su misma gesta, heróica y épica. Hasta nuestros días nos
llegó un nombre para identificar estas “órdenes” de “guerreros
espirituales”: la devotio. Guerreros consagrados a la
divinidad y a un líder que entregaban su vida y espíritu a una
causa: la vida heróica.
Estos guerreros consagrados a su
“padre fundador” y su caudillo (posiblemente considerado como
descendiente o materialización de los dioses o del propio héroe
divinizado) eran el eslabón más alto de la sociedad, parte de la
aristocracia, con privilegios, sí, pero también con grandes
obligaciones. Es lógico pensar que esta aristocracia tendría
sus propios cultos a deidades y rituales exclusivos, los cuales eran
desconocidos o tabú para otros rangos de la sociedad.
Los guerreros tenían una entrega total
al líder y no podían superar la vida de este, es decir, si él
moría, ellos tenían que perecer junto a él. Aún así, ellos
buscaban su gloria personal por encima de una gloria común del
ejercito al cual pertenecían, lo cual denota su carácter místico,
épico y heróico. Esto hacía de ellos unos guerreros
espirituales, cuyas posesiones más valiosas eran el valor
personal y las armas. Recordemos aquella frase célebre que
describía su actitud: “les es preferible entregar su vida que sus
armas, pues sin ellas nada valía la pena”. Es fácil concluir que
estos tenían una unión con sus armas similar al de otras culturas
guerreras, como el caso de los samurái, quienes creían que en su
arma reside el alma del guerrero.
La mística, la espiritualidad y el
ritual envolvía todos los quehaceres de la vida del guerrero.
Desde el momento iniciático del neófito a la orden, todo era
comprendido en una forma de “guerra religiosa”. Cuando varios de
sus contemporáneos nos dicen de ellos que “acudían al campo de
batalla danzando y cantando alabanzas a la victoria, a sus
capacidades, alusiones a sus ancestros, insultando y provocando en
muchos casos en la lengua de sus antepasados”, vemos claramente esa
unión de misticismo religioso y guerra. Esto haría también
las veces de estrategia psicológica, pues debería generar un
terror primordial en el enemigo.
Hacemos aquí un resumen esquemático
para no extendernos mucho más, pues en la segunda parte quiero
tratar la figura del héroe divinizado o padre fundacional:
Guerrero Neófito
Posible forma de
vida al “modo espartano”: entrenamientos, vida sobria, agreste y
dura.
Ritual de iniciación :
Pruebas de
endurecimiento y valía físico-mental-espiritual, posiblemente :
-cazas de
“bestias infernales” como el jabalí, lobo o oso.
-Introducción
en cuevas donde aguardan “fuerzas primordiales” representadas por
un lobo, buscando vencerle o someterle (entendiéndose como una
representación, no en su sentido literal)
-Rituales de
“bestialidad” donde los guerreros eran “poseídos” por una
entidad animal, de forma similar a los conocidos berserker
germánicos.
Todas estas
pruebas pudieron estar basadas en el mito del padre
fundacional.
Superación, formación en la
Devotio:
Juramento ritual
a una deidad o padre fundacional.
“Consagración”
a un caudillo .
Vida basada en
servir y no pudiendo superar la muerte de este.
Vida Heróica
Aristocracia
Búsqueda de la
gloria personal y épica.
La “bella
muerte”.
Para finalizar
con la “senda del guerrero”, debemos tratar cuál debía ser el
objetivo final, que no es otro sino la búsqueda de la “bella
muerte”, es decir, la muerte que los canonizaría como héroes
y les uniría con sus ancestros heróicos. Es conocido el rito de
dejar a los guerreros caídos en el mismo suelo del campo de batalla
a merced de buitres y cuervos, pues estos elevaban sus almas al
cielo. Los guerreros buscarían así una elevación. También parece
ser que hubo un ritual en el cual, cuando moría el líder, los
guerreros se enfrentaban en combates por parejas y, después, tanto los
muertos como los gravemente heridos eran arrojados a la pira
funeraria donde yacían los restos de su líder, acompañándole así
al más allá.
A continuación
trataremos la figura del héroe divinizado o padre fundacional,
pues sin él nada de lo anterior tendría sentido, ya que es la piedra
angular del tema. Los “padres fundadores” parece ser que entre
ellos tienen características o rasgos comunes que hacen de ellos
unos predestinados a su función. Es el destino, la desdicha y
la gracia divina las que acompañaban la vida de este ser tan
importante para el clan o tribu. Imaginamos que, además de las artes
plásticas, las cuales describían el mito fundacional, debería
haber una elaborada serie de cánticos, poesías y relatos que
trataban este mito y sus leyes que, además de ser recordado
por una clase profesional (los llamados bardos), estaban
grabados en el imaginario colectivo. Esquematicemos pues esta
figura:
Héroe divinizado o padre fundacional
-Nacimiento
místico: nació de la unión de una mujer y un ser
sobrenatural (muchas veces fuera de un legítimo matrimonio).
-Tras el
nacimiento, sobrevive a un “asesinato frustrado” o desdicha, por
ejemplo, ser el único que prevalece de una serie de hermanos que
fallecen.
-Puede ser que
crezca en ambientes hostiles, protegido por bestias y alimentados por
estas (obviamente protegido por una deidad).
-Se suele
desconocer su procedencia exacta. A veces se indica una procedencia
“más allá de las aguas” (mundo inmortal).
-Se muestra como
un guerrero ecuestre y armado, con atributos divinos (caballo
blanco, símbolo de su pertenencia al mas allá, un arma
forjada por una entidad sobrenatural).
-Su gesta
incluye la derrota de un ser maligno y sobrenatural (por lo
general, lobo o jabalí monstruoso) al cual consigue someter con sus
manos.
-Es quien enseña
a cultivar y el uso del arado.
-Crea las
primeras leyes que bien pudieron ser recogidas y trasmitidas en
cánticos y poemas. Énfasis en la transmisión cultural oral, no
escrita.
-Cuando fallece
tras años de dar prosperidad a su clan / estirpe, se crea un culto
entorno a su figura y se convierte en “patrono inmortal”, ejemplo
a imitar.
Como podemos
ver, este padre fundador divinizado es un guerrero, un sabio y
una entidad espiritual. Un arquetipo a seguir, es la casta
aristocrática por antonomasia, no hay un máximo exponente por
encima de él. Con su gesta y épica enseñaba lo que era una vida
ejemplar, el valor y valía personal, enseñando el bien común para
la comunidad. El Héroe divinizado fue capaz de vencer lo
sobrenatural y fundar una próspera estirpe, dar sabiduría y otorgar
justicia, convirtiéndose así en una deidad. Se puede decir
que es una institución personificada y, claro está, todos querrían
unirse a él, al héroe, al padre, a la divinidad, lo cual solo era
posible a través del heroísmo.
Conclusión:
Todo lo relatado
aquí no debe ser tomado como una norma general en el ámbito
peninsular, pues seguro que cada tribu o clan debería tener sus
variantes, singularidades y diferenciaciones, si bien en esencia
serían figuras casi iguales o análogas. Recordemos que nuestros
ancestros no tenían una “unión nacional” como tal y habían
diferencias entre las distintas tribus incluso dentro de un mismo
grupo etnocultural, ya fuera por su evolución sociopolítica resultante
de influencias llegadas del exterior, por el mantenimiento de un modo
de vida más arcaico o por otros motivos ajenos a nuestro
conocimiento o percepción. Con todo, esto nos da una pista de cómo
deberíamos enfocar el estudio y comprensión del héroe. Espero que
este breve artículo sirva para suscitar algo de interés por el
tema.
Simbolismo guerrero :
Lobo: Animal que representa las energías primordiales y del caos (recordemos al
fenris germánico). Ligado a lo nocturno, es un ser oscuro de
temibles fauces y cualidad guerrera. Parece ser que se le consideraba
como una fuerza aliada cuando el guerrero, al domar su espíritu y al
entrar en él, podía usar su poder furibundo, si bien a su vez
perdía el control de si mismo (otra vez, de forma similar a los
Berserker germanos). Así pues, no es un exactamente aliado.
Hoy día está muy idealizada su figura, pero antaño debió causar
más temor admirativo que la imagen suavizada de nuestros días.
Cuervo: Ligado
al dios Lug, al destino y la sabiduría, se dice que predecían las
batallas interpretando sus vuelos sobre el campo de batalla. Capaz
de transportar las almas a los cielos. Psicopompo.
Buitres:
Encargados para transportar almas al “más allá heróico”.
Muchas representaciones de los buitres se encuentran en el arte
ibérico, denotando un gran aprecio o importancia de dicho animal. Psicopompo.