Entre el 31 octubre y el 1 de noviembre, realizamos nuestra celebración familiar de “Samaín” donde tres generaciones nos juntamos para honrar la memoria de nuestros antepasados. Los alimentos los cuales ingerimos para este día (y noche) son los manjares típicos para estas fechas; Puré de calabaza, castañas, moniatos y “panellets” ( digamos, un tipo de mazapanes hechos de moniatos o patata con almendra y piñones) todo sin duda delicioso, la comida casera es la mejor y más cuando ésta se hizo con cariño y talento.
Ya terminada la cena, decidimos poner en marcha el “ritual” usando nuestro habitual dossier de "ORIENTACIONES CEREMONIALES” e hicimos las debidas ofrendas y honras a nuestros antepasados. Quizás fue breve pero, emotivo y genuino.( Nuestra celebración se podría intuir como una “unión de tradiciones análogas” ( La “castanyada”, Samain, la noche de los difuntos...) las cuales parten todas de una misma “raíz”.)Creemos que este es el camino a seguir, la espiritualidad debe ser accesible y vivida principalmente desde el “núcleo familiar”, pues la familia es pasado, presente y futuro. También, debemos intentar extendernos hacia otras familias para generar de nuevo “comunidades”, las cuales revivan la tradición. Esta es la única forma de impedir la muerte de aquello que debería ser eterno, nuestro pueblo, nuestra tradición, nuestra identidad.
Honor y gloria a nuestros antepasados!
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