En 2016, un escalador dió el aviso al ayuntamiento de la localidad de Sant Fruitos (Cataluña) y a los agentes rurales de que halló por casualidad unas "pinturas". Los agentes avisaron al servicio de arqueología y paleontología de la generalidad de Cataluña y se puso en marcha el dispositivo de investigación para identificar y estudiar las pinturas halladas. En los siguientes años se dispuso a proteger la zona mediante una valla que impide el paso, salvo si es a personal autorizado (algo que, por nuestra parte, nos parece muy acertado) y se pusieron paneles informativos. Aunque las pinturas están bastante degradadas, se pueden intuir algunas formas, la más interesante a nuestro parecer es una figura clasificada como “Esteliforme” y que, más bien, parece un sol encima de una montaña, lo que podría indicar algún tipo de culto solar. También hay algunas figuras más, como un par de animales cuadrúpedos y las marcas de cuatro dedos que forman unas ”barras”.
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