jueves, 14 de mayo de 2020

Proteger la infancia

¿En qué mundo están creciendo nuestros hijos? ¿Qué tipo de padres irresponsables, con el beneplácito de la sociedad y quizás con intereses económicos de por medio, “venden” la infancia de sus hijos, ya sea por “fama” u otros motivos? ¡El mundo está enfermando a un ritmo descontrolado! No solo los adultos degeneran, sino que además éstos intoxican a sus propios hijos. Ya no es cosa extraña de ver: las redes sociales se inundan de perfiles con “modelos infantiles” que, sin embargo, no usan ropa infantil, sino la misma ropa de modelos adultos, además del mismo maquillaje, muecas y posturas “sexys”. Es decir, estos “modelos infantiles” están totalmente hipersexualizados. Pero este no es el único “foco de alarma”, pues se sabe incluso de anuncios de “cursos” de “baile en barra” (sí, lo de las strippers) dirigidos al público adolescente, ofrecido bajo la guisa de “deporte”. Tampoco ayuda para nada cuando en fiestas populares o de colegios a los críos les ponen “música” tipo reggeton o la típica canción de moda, de la cual todos conocemos su fuerte carga sexual, ya sea en sus letras (las cuales tratan a la mujer como objeto o “empoderada”, que más bien vendría a ser degenerada o degradada) o “bailes” (lo que llaman “perreo” o “twerk”). Por si fuera poco, instauran además la “ideología de género”, la cual consigue confundir aún más a los niños, cuestionando su propia sexualidad, su identidad y su biología. No se les deja madurar, conocer y descubrir su cuerpo y su papel como en el pasado todos nosotros hicimos. Todos sabemos que la mente infantil es muy maleable y se deja influir y manipular fácilmente, lo cual puede acarrear problemas a corto y largo plazo, pues pueden tomar decisiones hoy que les condicione de por vida y, cuando crezcan en el futuro, darse cuenta del error y ya no poder rectificar. Hay que recordar que los niños son responsabilidad de los padres y, hasta que sean adultos bien formados y maduros (lo cual hoy en día no tiene por qué ser sinónimo con ser simplemente adulto), necesitan del buen consejo y ayuda de un adulto para crecer y desarrollarse sanos física, emocional y mentalmente.

"Necesitan del buen consejo y ayuda de un adulto para crecer y
desarrollarse sanos física, emocional y mentalmente."

La infancia es determinante en el desarrollo del niño y el futuro adulto en el que se convertirán. Es el período en el cual el niño empieza a entablar su relación con el mundo que le rodea y a formarse mental y emocionalmente, por lo que es absolutamente necesario que los padres le faciliten una infancia que se rija por la belleza, la curiosidad por el mundo y unos valores morales firmes que doten al niño de la capacidad de defenderse y desenvolverse en el mundo cuando crezca. Es la época de jugar y descubrir el mundo, de recibir cariño de los padres y el resto de la familia extensa, de vivir en esa “Edad de Oro” que debe ser toda infancia. La actual hipersexualización de los niños es ya no solo macabra, sino que es un atentado contra la infancia y la inocencia que todo niño merece poder disfrutar. Más allá de eso, asienta unas bases éticas (o falta de ellas) en las que se asocian la fama, el materialismo y la anti-cultura actual con el propósito de la vida y la “forma correcta” de desenvolverse.
En resumidas cuentas, están destruyendo la infancia. Se fuerza a los niños a “crecer” antes de madurar y entender el mundo que les rodea. ¿Qué secuelas tendrá todo esto? Solo el tiempo lo dirá, pero no barrunta nada bueno. No conocerán la felicidad de ser niños, de vivir como niños. La infancia, una vez perdida, ya no se puede recuperar. Por último, debemos aclarar que no solo consideramos que la culpa sea únicamente de padres insensatos, pues desde la televisión y sus programas de “talentos” infantiles, con sus bailes y ropas totalmente inadecuadas, desde las series que emiten, ya sea de actores o animadas, se muestran mensajes y argumentos totalmente inapropiados. No hay que olvidar tampoco la nefasta influencia de la redes sociales que permiten esos perfiles de “modelos infantiles” sigan abiertos, así como el comercio que promociona esos “modelos” y buscan lucrarse a partir de robarle la infancia a los pequeños, promoviendo a su vez una imagen de los niños que, en muchos casos, no es más que un intento de normalizar la pederastia y la sexualización infantil.

Ahora más que nunca, los padres debéis preocuparos por la educación de vuestros hijos. No los confiéis a terceros, sed vosotros quienes les eduquen y les den valores, protegedlos, dadles cultura y no dejéis que nada ni nadie les robe su infancia, su dignidad y su inocencia.


Devotio Ibérica

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